Cientos de camiones desembarcaron de Texas, dejando a miles de inmigrantes en Nueva York a su suerte. Ahora, un nuevo programa fue implementado para darles la bienvenida.
Con el gran flujo de inmigrantes llegando de Texas a Nueva York debido a las políticas intolerantes del gobernador de Texas Greg Abbott, el alcalde de la ciudad que nunca duerme ha comenzado a tomar cartas en el asunto para que su estadía sea lo más cómoda y organizada posible.
Desde que Abbott comenzó a enviar camiones llenos de migrantes a su ciudad, Eric Adams ha reaccionado públicamente contra el republicano, cuestionando sus modos, y acusándolo de intolerante y conservador. Ahora, nuevas medidas están siendo implementadas para dar la bienvenida correctamente a estos nuevos inmigrantes en Nueva York.
Históricamente, esta ciudad ha sido la capital del mundo, ciudad santuario, que desde sus comienzos fue famosa por recibir a millones de extranjeros de todas partes del mundo, abriendo sus puertas y ofreciendo invaluables oportunidades. Pero esta vez el panorama es otro. Todas las nuevas políticas adquiridas por Adams son una forma reaccionaria ante los estados republicanos que aún gobiernan bajo la política anti inmigración “Tolerancia 0”, y son emitidas bajo un contexto de crisis socioeconómica, fruto de la pandemia y la inflación desmedida.
¿Qué está haciendo NY al respecto?
Ante la crisis migratoria, agravada por el envío de camiones llenos de migrantes a la ciudad, los legisladores de Nueva York han puesto en marcha el llamado Proyecto Open Arms. Este plan tiene como objetivo principal hacer más grata la llegada de migrantes expulsados de Texas en Nueva York, enmendando de alguna forma el daño realizado por los malos tratos del gobernador republicano.
En el comunicado de prensa que lo anuncia, se detalla que habrá ayudas para estudiantes, apoyos académicos, económicos, sociales y también de acceso al idioma inglés para quienes tengan más dificultades.
Además, el alcalde Adams cuenta con la colaboración de David C. Banks, canciller del Departamento de Educación (DOE) y Gary Jenkins, comisionado del Departamento de Servicios Sociales (DSS). La idea es ofrecer una gran variedad de servicios, haciendo especial énfasis en la educación de los niños en etapa escolar, y en las condiciones de salud de los recién llegados.
El plan tiene una importante bajada de línea respecto a la documentación de los inmigrantes. Una vez llegados a la ciudad, las autoridades deben revisar sus estados migratorios, la situación de sus trámites, y examinar el proceso del caso en las auditorías. Se espera que los encargados de esto hagan esfuerzos para que todos y todas tengan acceso a un abogado de inmigración, y cuenten con toda la información legal necesaria para llevar adelante sus solicitudes.
La mayor parte de los recién llegados a NY son solicitantes de asilo a la espera de resultados en la corte de inmigración, o personas cuyo pedido fue rechazado y se encuentran aún en el limbo legal. Muchos tienen problemas en el camino, que terminan por derivar en un caso de deportación.
Presente y futuro en la Ciudad Santuario
Si bien el Proyecto Open Arms se encuentra viento en popa, aún la situación no es fácil para los inmigrantes en Nueva York. La ciudad santuario está en crisis económica, política y social, y no es sencillo manejar un plan tan ambicioso en este contexto.
Miles de personas llegan en busca de asilo, un número que no cesa de crecer desde mayo del año pasado. Los albergues están colapsando, las administraciones están sobrepasadas, los casos en las cortes atascados, y los extranjeros no dejan de llegar.
Desde la oficina de abogados de Jaskot Law esperamos que más ciudades comiencen a tomar iniciativas pro inmigrantes, abriendo sus puertas como Nueva York a más inclusión y aceptación.
